La memoria y la capacidad intelectual tienen que ver con la genética, el entrenamiento mental, la alimentación, hidratación y actividad física.
Un buen desayuno con hidratos de carbono provenientes de cereales integrales y/o panes, jugos, frutas, lácteos, asegura que tengamos mejor concentración, creatividad, rendimiento académico, además de preservar el buen ánimo.
Los ácidos grasos esenciales tienen la función de dar estructura a las membranas de las neuronas, por lo que son importantes para nuestra capacidad intelectual.
Los podemos encontrar en: frutas secas (almendras, nueces, castañas, maníes, etc.), en semillas (girasol, chía, sésamo, lino, etc.), palta, pescados de mar.
Los fosfolípidos tienen como función la correcta transmisión del impulso nervioso ayudando a mejorar la memoria. Es la lecitina de soja un ejemplo.
Las proteínas, están formadas por aminoácidos. Éstos se dividen en esenciales (los que el cuerpo humano no puede producir) y no esenciales. Uno de los más importante es la fenilalanina, que activa la potencia de recordar y el buen humor. Alimentos que contienen fenilalanina: pescado, mariscos, huevo, lácteos descremados.
Las vitaminas del grupo B inciden en el normal funcionamiento del sistema nervioso, por lo que su falta produce disminución de memoria. Se pueden encontrar en los cereales integrales, carnes rojas.
El ácido fólico aumenta la capacidad de procesar información y lo obtenemos a partir de la ingesta de verduras de hoja verde, huevos, panes integrales y productos elaborados con harinas enriquecidas.
Los antioxidantes como la vitamina C, E, beta-caroteno y minerales como zinc, magnesio, selenio ayudan especialmente a las personas mayores.
El calcio es importante para la buena interacción a nivel del sistema nervioso.
Encontramos este mineral en leche y derivados especialmente descremados, quesos, algunos pescados, cereales integrales en menor proporción, vegetales un poco.
La cafeína es un estimulante del sistema nervioso central que a los 20 minutos de ingerida mejora el sistema de alerta y la concentración. Además incrementa la capacidad de procesamiento de la información. Todas estas ventajas se comprobaron en personas que no superaban las tres tazas diarias (siempre y cuando se esté habituado a consumir y no haya problemas de estómago).
El Hierro especialmente de origen animal (el que mejor se absorbe), es importante para la capacidad intelectual. Los vegetarianos deben hacer una muy buena selección de alimentos para evitar su carencia y si es necesario, suplementar.
El agua, es importantísima, ya que nuestro cerebro está formado por 80 % de ella y es muy sensible a la deshidratación. Una pérdida del 2% del peso corporal hará que disminuya la concentración significativamente.
La vida sedentaria es nociva no sólo por el aumento de peso que esto puede provocar, sino también porque tendría influencia en la forma de las neuronas. Estudios publicados en el Journal of Comparative neurology vieron como el cerebro de un animal sedentario producía más ramificaciones entre neuronas, provocando esto un mayor estímulo del sistema nervioso simpático (el responsable de la regulación de los vasos sanguíneos), aumentando la presión sanguínea, lo que contribuiría al desarrollo de trastornos cardíacos.
El ejercicio físico ayuda a conservar en mejores condiciones la función cognitiva y sensorial del cerebro y además se cree que es preventivo de enfermedades neurológicas relacionadas con la vejez. Se realizó un estudio dónde a un grupo de personas sedentarias se la testeó en actividades intelectuales. Luego se les hizo correr 30 minutos tres veces por semana por tres meses (1), al término de esto, rindieron con más efectividad y tuvieron mayor velocidad en el procesamiento de la información. El flujo continuo de sangre y oxígeno ayudan a preservar las funciones cognitivas.
Dormir bien, asegura también una mayor capacidad intelectual y evita los accidentes de tránsito por falta de sueño y la irritabilidad.
1:William Ramírez[*], Stefano Vinaccia[**] y Gustavo Ramón[***] Título:El impacto de la actividad física y el deporte sobre la salud, la cognición, la socialización y el rendimiento académico: una revisión teórica Psicología en Colombia. Agosto 2004 67-75