La vida actual, especialmente en las grandes urbes, lleva a realizar al menos una comida fuera del hogar. La más significativa es el almuerzo, pues las jornadas laborales son de aproximadamente 8 horas.
Una persona mal alimentada, con una alimentación monótona, incompleta, con escasez de nutrientes verá afectada su capacidad de trabajo. Aparecen síntomas como cansancio excesivo, falta de reflejos, irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento académico o laboral.
El almuerzo debería ser una de las comidas más importantes del día, cubriendo el 35% del valor calórico total diario. Es por ello que compartimos las siguientes recomendaciones con el objetivo de promover hábitos alimentarios que lleven a mejorar la salud de la población.
– La OMS sugiere que se dediquen 40 minutos para el horario del almuerzo.
– Programe un horario fijo en la semana y trate de respetarlo.
– Coma sentado y, preferentemente, evitando distracciones como la lectura, mirar TV o trabajar en la computadora mientras se come.
– Coma en compañía de otros, siempre que sea posible y que no implique discusiones o tensiones.
– Trate de conocer todos los lugares cercanos al trabajo en donde se elaboren comidas saludables y ajustadas al presupuesto de cada uno. Recuerde que seguramente hay restaurantes, bares, casas de comidas donde puede elegir los platos que contengan menor cantidad de salsas, aderezos, frituras y alimentos grasosos.
– Si existe la posibilidad de llevar vianda, ármela a noche anterior sin olvidar los vegetales, proteínas de origen animal (como carnes, quesos y huevos) y fruta de estación.
– Prefiera comer variedad y no cantidad. El plato que sea lo más parecido a una paleta de colores, gracias a los vegetales.
– Coma despacio, masticando bien.
– Evite el consumo de alcohol y bebidas muy azucaradas.
– Elija carnes magras, teniendo en cuenta al pescado. Los pescados en lata al natural son una solución práctica y es ideal incluirlos dos veces a la semana.
– Si consume pan, que sea integral.
– Al elegir ensaladas “completas” observe los ingredientes. Muchas veces contienen alta cantidad de grasas. Es recomendable que usted mismo las aderece, utilizando la cuchara sopera como medida de control del aceite.
– Evite las entradas o acompañamientos fritos, rebozados o ricos en fiambres.
– Si se eligen postres, la fruta y los yogures son una práctica solución.
– En el caso de optar por la modalidad “menú ejecutivo” cambie el postre por café y la bebida que sea agua mineral, agua saborizada sin azúcar o gaseosa Light.
Que las corridas de la vida diaria no hagan que olvidemos de algo tan importante como la incorporación de energía a través de los alimentos. De esta forma estaremos mejor preparados para enfrentar las tareas cotidianas.