A nivel mundial se tiene en cuenta el ahorro de las energías tanto eléctrica como de gas por el impacto que tienen en la ecología, además del bolsillo. La concientización en un estilo de vida más sustentable debe ser prioritario.
¿Cómo podemos ahorrar en la cocina?
Comprar o renovar electrodomésticos: hay que fijarse bien en las etiquetas de eficiencia eléctrica que tienen al frente. Por normas de uso internacional, se determina una escala que va de la A a la G, con colores del verde al rojo. La etiqueta A verde, es la de mejor eficacia, y quiere decir que usará aproximadamente un 45% menos de energía que un electrodoméstico con etiqueta D de similares características de tamaño y temperatura de frío. Lo barato sale caro a largo plazo, pues los electrodomésticos de clase menor a la A son más económicos, pero consumirán más energía. Actualmente también existen los de tecnología Inverter ( pueden regular el voltaje, la corriente y la frecuencia de un dispositivo eléctrico), de modo que es un circuito conversor de energía. Son más costosos, pero en la cuenta de luz se nota la diferencia.
Recordar que la heladera es de los electrodomésticos que más influyen en la cuenta de luz. Intentar abrir lo menos posible y durante el menor tiempo posible. No sobrecargarla y si es de las que acumulan hielo, limpiar periódicamente. Las heladeras suelen perder eficiencia de frío si quedan mal cerradas o si los burletes no permiten cerrarla correctamente. Si la heladera es muy antigua es importante verificar el buen estado de los burletes.
En cuanto a la iluminación: en la cocina es preferible elegir las bombitas con tecnología Led ya que dura mucho más y gasta mucho menos. Actualmente cada vez están a precios más razonables, pues se tiende a dejar de producir las de bajo consumo en función de éstas. Las lámparas LED alcanzan su máximo rendimiento apenas se encienden. Transforman hasta el 98% de la energía que emanan en luz. ¡Duran hasta 70.000 horas! Y consumen muy poco. Pueden desecharse sin riesgo porque no contienen elementos tóxicos.
Recordar que una lámpara sucia, pierde hasta el 50% de su capacidad lumínica, así que será mejor mantenerlas limpias. Si cuenta con un artefacto de luz con las lámparas de bajo consumo, éstas tardan entre 2 y 3 minutos en encenderse completamente, no son aconsejadas para los baños, pero sí para espacios donde la luz permanece encendida por varias horas, ya que no se recomienda encender más de tres veces por día. Para optimizar la iluminación es recomendable elegir colores claros para pintar las paredes, así la luz se refleja mejor.
El microondas consume igual cantidad de energía que un horno eléctrico. Ventaja: cocina en menor tiempo. Contra: la cocción no es crocante y ni es seca.
En cuanto al gas:
Verificar la llama de la hornalla. Siempre debe tener color azulado. Si es naranja, hay que consultar con un gasista matriculado para que lo evalúe. Los quemadores siempre deben estar limpios para que el gas salga parejo. El fuego de la hornalla no debe superar la base del recipiente.
El horno: cocinar varias cosas a la vez (el horno gasta el equivalente al consumo de 3 hornallas). Cuando falten 10 minutos para terminar la cocción apagarlo y aprovechar la inercia térmica. Para evitar que se mezclen olores de distintas preparaciones puestas en el horno al mismo tiempo, tapar alguna de ellas con papel aluminio. Recordar que los hornos a gas, cada vez que abrís la puerta para revisar la cocción, se pierde 40°C. Esto no ocurre con el horno eléctrico.
El tamaño de la olla deber ser proporcional a la cantidad de alimentos que se cocine y elegir la hornalla que por tamaño le corresponda.
Utilizar ollas de acero inoxidable o aluminio reforzado ya que son muy buenas conductoras de calor. En cambio, las ollas de barro o cerámica, son menos eficientes.
Generalidades para cocinar y aprovechar al máximo la energía:
Cocinar siempre con olla tapada
Una vez que el agua alcanzó el hervor, bajar la llama ya que el grado de ebullición no se modifica.
La olla a presión es una gran aliada a la hora de cocinar.
La cocción de verduras deberá ser con poca agua y partiendo de agua hervida.
Alimentos como arroz, lentejas, porotos (remojo previo) : cocinar mayor cantidad de la que necesita y guardar en freezer lo que sobre.
Garbanzos, arvejas, lentejas, sino es un consumidor habitual, es mejor que optar por las enlatadas o de freezer.
Descongelar en la heladera, para evitar mayor consumo de energía en el descongelado.