BIENESTAR

El 2020 nos sorprendió con una pandemia mundial de la que no existen precedentes y aún seguimos en ella. Mientras se desarrollan vacunas para su prevención y se toman medidas de tipo social (evitando el contacto estrecho mediante el distanciamiento social, lavado de manos frecuentes, confinamiento, etc), se ha ido descubriendo la relación directa entre la desnutrición y el agravamiento de la enfermedad de coronavirus . Tanto es así que  un grupo de investigadores publicó en mayo de 2021  una revisión sistemática, la mayor hasta el momento, sobre: la malnutrición, qué enfermedades están más relacionadas con las formas graves de covid-19, y si es cierto que hacen falta gran cantidad de suplementos vitamínicos para evitarlas.

Se sabe que la influencia de la malnutrición en la función inmunológica puede afectar la progresión de las infecciones virales con implicancias en la duración, la gravedad y los resultados finales de los episodios de la enfermedad.

 

¿Qué enfermedades de malnutrición tienen relación con mayor posibilidad de complicaciones en personas contagiadas por  coronavirus?

  • La obesidad, el sobrepeso y la Diabetes tipo 2. La buena noticia es que la prevención reduce los resultados graves.

¿Qué hacer? Comenzar un plan de descenso de peso saludable es primordial, como así también controlar las glucemias y la hipertensión arterial para evitar el deterioro en el sistema inmunológico.

Evitar el sedentarismo, tener un buen dormir,  consumir lo mínimo de productos  ultraprocesados y evitar convertir los hogares en ambientes obesogénicos (las encuestas de consumo en Argentina, realizadas por la SAN, durante los primeros 45 días de cuarentena 2020 dio como resultado, al menos el 40% de los encuestados con incremento de peso).

  • Anemia: es la enfermedad prevalente a nivel mundial debido a la falta de hierro. El tener bajos los valores de hierro podría producir susceptibilidad a infecciones virales. Un análisis de sangre nos puede alertar de deficiencias y su suplementación mejoraría la situación.
  • Desnutrición en calorías y proteínas: a medida que avanza la pandemia, lamentablemente más personas se encuentran bajo la línea de pobreza y, por ende, tienen menor acceso a alimentos con potencial efecto beneficioso en el sistema inmunológico como verduras y frutas de estación. Los Estados a través de la Salud Pública, deberán velar por evitar estados críticos de malnutrición, que hacen susceptibles a las personas a agravar  los estados virales.

 

¿Cuáles fueron las vitaminas y minerales estudiados para saber si hace falta suplementar?

Los antioxidantes pueden  reducir el impacto de la tormenta de citocinas durante la fase aguda de la infección.

De los micronutrientes, las vitaminas A, C y E, el Zinc, Selenio y ciertos polifenoles dietéticos, tienen funciones potencialmente importantes como antioxidantes para disminuir la acción de los  radicales libres.

Vitamina A: tiene una importante función inmunológica y se vio que, frente a otros virus, al aumentar su consumo  mejoraban las infecciones como las de sarampión y neumonías. Aún no se sabe si actúa igual en el covid-19.

La vitamina D podría enlentecer los procesos de multiplicación viral. Se vieron efectos positivos en ancianos institucionalizados, personas con obesidad, en enfermedad hepática y renal.

Sobre la vitamina C y E  aún no se pueden sacar conclusiones si es importante el uso de mega dosis para evitar complicaciones en Covid19.

Selenio: podría ser positivo suplementar con este mineral a las  personas hospitalizadas.

Zinc: hay gran evidencia sobre que puede actuar en terapias antivirales, ya que en prevención de bacterias y hongos está sumamente demostrado. Hay esperanzas sobre el uso del sulfato de zinc en el tratamiento por covid-19.

La conclusión:

Es posible que las intervenciones con suplementos de vitaminas y minerales de tipo farmacológicos en dosis altas, reduzcan la progresión de la enfermedad por Covid o aceleren la recuperación, pero aún no se tiene suficiente evidencia.

Sostienen los investigadores que la atención debe centrarse en las formas de promover una dieta equilibrada y reducir la carga infecciosa en lugar de depender de la suplementación en dosis altas, hasta que la evidencia más concreta de los ensayos clínicos sugiera lo contrario.

 

Mientras tanto será de vital importancia:

prevenir y tratar la desnutrición en todas sus formas, estimular la lactancia materna, alimentación variada con un balance apropiado de hidratos de carbono, proteínas de alta calidad ( huevos, pescado, legumbres), grasas (en especial los Omega 3 y que haya una buena relación con los Omega 6), micronutrientes (especialmente Vitamina A, Vitamina D, Vitamina C, Zinc, Hierro, Selenio, antioxidantes) presentes en verduras y  frutas (en especial las colores naranjas y verde oscuro) ,reducción de consumo de sodio y azúcar, evitar comidas ultraprocesadas.

 

Lic. Alejandra Volpatti          Lic. Perla Manera

 

Bibliografía

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