La dieta mediterránea es considerada desde hace mucho tiempo como ejemplo de alimentación saludable. En ella se fomenta el consumo de alimentos de alta calidad nutricional y la variedad de los mismos.
Estudios científicos recientes han demostrado que esta dieta es beneficiosa tanto para la población en general como también para aquellas personas que tienen problemas de corazón y /o arteriales, ya que, si se siguen sus indicaciones es posible revertir en un 66% los problemas circulatorios en las extremidades, en un 28% los problemas metabólicos (colesterol, glucemia alta, insulina alta, hipertensión arterial) y en un 30% las probabilidades de tener un infarto.
Aquí, las indicaciones que en ella se sugieren:
- Usar aceite de oliva extra virgen para sazonar las preparaciones, ya que contiene vitamina E, betacarotenos (pro vitamina A) y ácidos grasos monoinsaturados que protegen al corazón.
- Consumir más alimentos de origen vegetal: frutas, verduras, legumbres, frutos secos, ya que son fuente de vitaminas, minerales y fibra. Se necesitan 5 porciones diarias entre frutas y verduras, pues aportan sustancias antioxidantes y fibras, que pueden prevenir algunas enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
- Incluir el pan, pastas y arroz especialmente integrales, con frecuencia diaria. Son parte del aporte energético necesario para vivir saludablemente.
- Adecuar la selección de alimentos frescos prefiriendo los de estación porque contienen mayor proporción de vitaminas y minerales, además de ser más sabrosos y económicos.
- Evitar el exceso de dulces de repostería y panificados, eligiendo la fruta como postre.
- Consumir diariamente lácteos descremados. Proveen proteínas de excelente calidad, minerales como calcio, fósforo y vitaminas A y D. En especial está recomendado el consumo de yogurt, porque contiene además, microorganismos benéficos para la flora intestinal.
- Reducir la ingesta de carnes rojas y elegir preferentemente los cortes bajos en grasas. Evitar la cocción por fritura.
- Aumentar el consumo de pescados especialmente los más grasos como: atún, caballa, jurel, salmón, trucha, merluza negra, ya que sus grasas Omega 3 tienen efecto protector del corazón.
- Incluir huevos en una frecuencia de hasta 4 veces por semana. Este alimento provee al organismo de proteínas de excelente calidad, vitamina E y luteína.
- Beber agua como la bebida por excelencia.
- Consumir vino tinto en la comida, es parte de la dieta mediterránea. Siempre que se beba con moderación (1 copa en las mujeres, hasta 2 copas en los hombres). Evitar el consumo en los niños, adolescentes, embarazadas y mujeres en período de lactancia.
- Realizar actividad física diariamente. Caminar es práctico, económico y posible.
Bibliografía: