NUTRICIÓN

La pandemia del Sobrepeso y Obesidad está presente en todos los países del mundo, y en nuestro país se muestra en la mayoría de la población. Según los resultados de ENNyS 2 y la 4ta Encuesta Nacional de factores de Riesgo, el exceso de peso está presente en:

  • 67,9% de adultos
  • 41,1% de niños/as y jóvenes de 5 a 17 años
  • 13,6% de niños/as menores de 5 años.

En resumen, podemos decir que más de 25 millones de personas padecen malnutrición por exceso en Argentina.

Esta realidad nos golpea y hace que busquemos herramientas para combatir el flagelo del sobrepeso/obesidad que trae aparejado enfermedades transmisibles (diabetes, hipertensión, enfermedad cardiovascular).

Sabemos que la obesidad en nuestro país es el resultado de varios factores que convergen: alimentación poco saludable (alto consumo calórico y bajísimo consumo de alimentos altos en nutrientes); ambiente obesogénico; poca accesibilidad a alimentos de buen perfil nutricional; bajo nivel de actividad física; poca o nula educación alimentaria entre otros.

Una de las herramientas estudiadas y utilizada en varios países del mundo es el uso de sellos de advertencia en el etiquetado de los productos alimenticios.

La Cámara de Senadores dio media sanción al proyecto de ley unificado que regula el etiquetado frontal de alimentos (elaborado por Comisiones de Salud, Industria y Comercio). Este proyecto consiste en utilizar sellos negros octogonales que adviertan que el alimento envasado puede ser ALTO EN AZÚCARES, ALTO EN GRASAS SATURADAS, ALTO EN SODIO, ALTO EN CALORÍAS basando las recomendaciones en el sistema de perfil de nutrientes de la máxima autoridad sanitaria de la región: la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

El proyecto busca así varios objetivos:

  • prevenir la malnutrición en la población y la reducción de enfermedades no trasmisibles
  • brindar información para que los consumidores puedan saber con facilidad qué comen al consumir alimentos envasados y bebidas analcohólicas, alertándolos sobre el consumo excesivo de algún nutriente crítico (azúcar/sal/grasas saturadas/calorías)
  • prohibir la publicidad de alimentos y bebidas analcohólicas que contengan al menos 1 sello de advertencia y que estén especialmente dirigidos a niños/as y adolescentes
  • regular la venta de estos alimentos en escuelas
  • desincentivar el consumo de alimentos ultraprocesados
  • incluir la leyenda de no recomendación de consumo en niños a aquellos productos que contengan edulcorantes o cafeína

Distintas voces

Este proyecto de ley genera opiniones encontradas entre los nutricionistas.

Voces en apoyo

  • Ofrece información directa, rápida y clara a la hora de elegir y comprar.
  • Permite modificar las decisiones de compra independientemente del nivel educativo y socioeconómico.
  • Orienta en la compra de opciones de alimentos más saludables.
  • Contrarresta el efecto positivo que tiene los mensajes de nutrición (por ejemplo: “0% grasas trans“) en la intención de compra.
  • Aplica el perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) basados en directrices de OMS para ingesta de nutrientes.
  • Permite identificar aquellos productos que desequilibran la dieta sin importar la cantidad ni al individuo que lo consuma
  • Tiene un mayor acuerdo con las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA).

Voces en desacuerdo

  • El modelo de perfil de nutrientes de OPS es demasiado estricto (alcanzaría al 91% de los productos envasados) y tampoco tiene evidencia científica sobre los efectos de su aplicación en la región.
  • Argentina debe promover un sistema que se encuentre armonizado con Mercosur, y el Código Alimentario de FAO.
  • Casi 2/3 de los alimentos alcanzados por los sellos están recomendados en las GAPA. El sistema de sellos negros no muestra aspectos positivos de alimentos (fibras, calcio, etc)
  • Genera una demonización/estigmatización de los alimentos procesados. No todo alimento procesado es malo per sé.
  • No logra cambiar hábitos, ya que éstos se consiguen con campañas de educación.
  • No mejoraría la alimentación de la población ya que el consumo de alimentos procesados no es el principal problema en la dieta argentina. No es efectivo para reducir el sobrepeso y la obesidad.
  • Presenta efectos económicos negativos -especialmente en PyMEs- relacionados con costos de fabricación y empaquetado.

Los grupos que mostraron objeciones propusieron una modificación al texto de la ley en el que piden incorporar -a los octógonos negros- un señalamiento de aportes positivos para ser utilizados en productos que tienen un sello negro –ej: por exceso de sodio- pero que aporten fibra. Este señalamiento podría ser un tilde verde.

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