NUTRICIÓN

En redes sociales y quienes practican ciertas especialidades médicas indican habitualmente suplementación de este mineral. Pero ¿qué nos dicen las evidencias científicas?

 

El magnesio es el cuarto catión más abundante en el cuerpo después del calcio, el potasio y el sodio. Es un nutriente esencial que está involucrado en prácticamente todos los principales procesos metabólicos y bioquímicos dentro y fuera de la célula incluidas: la síntesis de proteínas, la función muscular y nerviosa, el control de la glucosa en sangre y la regulación de la presión arterial.

El cuerpo humano contiene alrededor de 25  g de magnesio de los cuales entre un  50% a 60% está  en los huesos y  la mayor parte del resto en los tejidos blandos. Menos del 1% del magnesio total se encuentra en el suero sanguíneo y estos niveles se mantienen bajo estricto control.

Las concentraciones normales de magnesio en suero oscilan entre 0,75 y 0,95 mmol/L. La homeostasis del magnesio está regulada por los intestinos, los huesos y los riñones La mayor parte del magnesio se absorbe mediante un mecanismo pasivo en el íleon y las partes distales del yeyuno, mientras que una cantidad menor se transporta activamente en el intestino grueso. Alrededor del 24-76% del magnesio ingerido se absorbe en el intestino y el resto se elimina en las heces. La proporción de magnesio absorbido del intestino depende de la cantidad de magnesio ingerido  y del estado del magnesio en el cuerpo. La homeostasis del magnesio está controlada en gran medida por el riñón, que normalmente excreta alrededor de 120 mg de magnesio en la orina cada día. La excreción urinaria se reduce cuando el nivel de magnesio es bajo.

Debido entonces, a que la mayor parte del magnesio de encuentra en huesos o intracelularmente, resulta difícil evaluarlo. La forma más fácil y mayormente usada es la concentración de los niveles séricos y se considera que existe hipomagnesemia cuando el valor sérico es inferior a 0,75 mmol/L .

Otros métodos incluyen:

  • medir las concentraciones de magnesio en eritrocitos, saliva y orina;
  • medir las concentraciones de magnesio ionizado en sangre, plasma o suero;
  • realizar una prueba de carga de magnesio (o «tolerancia»)

Ningún método único se considera satisfactorio,  aunque algunos consideran que la prueba de carga de magnesio sería el mejor método, por lo que es posible que se requieran pruebas de laboratorio y una evaluación clínica para evaluar con mayor exactitud el déficit.

 

Suplementos de Magnesio:

Hay distintas formas de presentación del magnesio: citrato, cloruro, óxido, treonato, glicinato, malato, sulfato. Estas distintas formas hacen que la absorción sea también diferente.

Las formas de magnesio que se disuelven bien en líquido se absorben más completamente en el intestino que las formas menos solubles. Pequeños estudios han encontrado que el magnesio en las formas de aspartato, citrato, lactato y cloruro se absorbe más completamente y es más biodisponible que el óxido de magnesio y el sulfato de magnesio (con mayor efecto laxante). Las dosis muy altas de zinc de los suplementos (142 mg/día) pueden interferir con la absorción de magnesio y alterar el equilibrio de magnesio en el cuerpo.

Los signos de déficit de magnesio incluyen: poco apetito, debilidad y fatiga, náuseas, vómitos, convulsiones, ritmo cardíaco anormal, calambres musculares, entumecimiento/hormigueo en piel.

Por otra parte el consumo excesivo de este mineral genera toxicidad. Esta situación solo se vio en el consumo prolongado de suplementos ya que el magnesio alimentario está regulado por la función renal. Las manifestaciones en toxicidad son: náuseas/vómitos, diarrea, depresión, debilidad muscular, hipotensión arterial, latidos cardíacos anormales, ataque al corazón.

Grupos en Riesgo de Insuficiencia de Magnesio

Recordemos que se considera insuficiencia cuando las ingestas de magnesio caen por debajo de la RDA pero están por encima de la cantidad requerida para prevenir una deficiencia manifiesta.

  • Personas con enfermedad gastrointestinal: La diarrea crónica y la malabsorción de grasas que resultan de la enfermedad de Crohn, la enteropatía por sensibilidad al gluten (enfermedad celíaca) y la enteritis regional pueden conducir al agotamiento del magnesio con el tiempo.
  • Personas con diabetes tipo 2: Los déficits de magnesio y el aumento de la excreción urinaria de magnesio pueden ocurrir en personas con resistencia a la insulina y/o diabetes tipo 2. Esta pérdida parece ser secundaria a concentraciones más altas de glucosa en el riñón que aumentan la producción de orina.
  • Personas con alcoholismo: En estos individuos la ingesta dietética y el estado nutricional generalmente son deficientes. Se suman además:  problemas gastrointestinales (vómitos, diarrea y esteatorrea) como resultado de pancreatitis; disfunción renal con exceso de excreción de magnesio en la orina; agotamiento de fosfato; deficiencia de vitamina D; cetoacidosis alcohólica aguda; y el hiperaldosteronismo secundario a una enfermedad hepática que pueden contribuir a la disminución del nivel de magnesio.
  • Adultos mayores: Esto se debe a que este grupo presenta una ingesta dietética más baja de magnesio que los adultos más jóvenes. Además, la absorción de magnesio del intestino disminuye y la excreción renal de magnesio aumenta con la edad.  Los adultos mayores también tienen más probabilidades de tener enfermedades crónicas o tomar medicamentos que alteran el estado del magnesio, lo que puede aumentar el riesgo de agotamiento del magnesio.

 

Enfermedades vinculadas con el Magnesio. Últimos datos científicos.

Las ingestas bajas habituales de magnesio inducen cambios en las vías bioquímicas que pueden aumentar el riesgo de enfermedad con el tiempo: hipertensión y enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, osteoporosis y migrañas.

  • Hipertensión y Enfermedad cardiovascular: Se demostró que una dieta que contiene más magnesio debido a la adición de frutas y verduras, más productos lácteos bajos en grasa o sin grasa y menos grasa en general reduce la presión arterial sistólica y diastólica en un promedio de 5,5 y 3,0 mmHg, respectivamente . Este enfoque (dieta DASH) también aumenta la ingesta de otros nutrientes, como el potasio y el calcio, que están asociados con reducciones en la presión arterial, por lo que no se puede determinar ninguna contribución independiente de magnesio.

En 2022, la FDA aprobó una declaración de propiedades saludables calificada para alimentos convencionales y suplementos dietéticos que contienen magnesio. Un ejemplo de esta afirmación dice: “El consumo de dietas con una cantidad adecuada de magnesio puede reducir el riesgo de presión arterial alta (hipertensión). Sin embargo, la FDA ha concluido que la evidencia es inconsistente y no concluyente”. Los productos alimentarios o suplementos que pueden llevar este claim, deben proporcionar al menos 84 mg de magnesio por porción y, para los suplementos dietéticos, no más de 350 mg.

Si bien hay muchos estudios (la mayoría observacionales) que relacionan mayor ingesta de magnesio con menor riesgo de enfermedad cardiovascular, hay muchos factores confundidores que hacen que no se haya podido afirmar que el mayor  consumo de magnesio previene la enfermedad. Se necesita un ensayo clínico grande y bien diseñado para comprender mejor las contribuciones del magnesio de los alimentos y los suplementos dietéticos a la salud del corazón y la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares.

 

  • Diabetes tipo 2: La hipomagnesemia podría empeorar la resistencia a la insulina, una condición que a menudo precede a la diabetes, o podría ser una consecuencia de la resistencia a la insulina. Las dietas con mayores cantidades de magnesio se asocian con un riesgo significativamente menor de diabetes, posiblemente debido al importante papel del magnesio en el metabolismo de la glucosa. Es importante también considerar que la diabetes genera a un aumento de pérdidas urinarias de magnesio lo que quizá genere una insuficiencia de este mineral que podría afectar la secreción y acción de la insulina, generando un círculo vicioso.

Solo unos pocos ensayos clínicos pequeños a corto plazo han examinado los efectos potenciales de los suplementos de magnesio en el control de la diabetes tipo 2 y los resultados son contradictorios. Es por esta razón que la ADA (Asociación Americana de  Diabetes) afirma que no hay evidencia suficiente para respaldar el uso rutinario de magnesio para mejorar el control glucémico en personas con diabetes. Además, señala que no existe evidencia científica clara de que la suplementación con vitaminas y minerales beneficie a las personas con diabetes que no tienen deficiencias nutricionales subyacentes.

 

  • Osteoporosis: El magnesio contribuye a la formación ósea, interviene en la actividad de osteoblastos y osteoclastos, también afecta las concentraciones de la hormona paratiroidea y la formación de vitamina D. Varios estudios poblacionales han encontrado que mujeres con osteoporosis tenían concentraciones menores de magnesio que las que presentaban osteopenia o las que no tenían ni osteopenia ni osteoporosis. Aunque son limitados los estudios, sugieren que aumentar el consumo de magnesio en mujeres en climaterio y edad avanzada sería beneficioso. La suplementación con 290mm de magnesio elemental durante 30 días (citrato de magnesio) en 20 mujeres climatéricas con osteoporosis, disminuyó el recambio mineral óseo respecto del placebo.

Esto indicaría que las dietas con niveles recomendados de magnesio (tanto alimentario como suplementario) mejoran la salud ósea, aunque aún no se han establecido recomendaciones concretas para prevenir o tratar la ostoporosis.

 

  • Migrañas: la investigación sobre el uso de suplementos de magnesio para prevenir o reducir los síntomas de las migrañas es limitada.  Los autores de una revisión sobre la profilaxis de la migraña sugirieron que tomar 300 mg de magnesio dos veces al día, ya sea solo o en combinación con medicamentos, puede prevenir las migrañas

En su actualización de la guía basada en la evidencia, la Academia Estadounidense de Neurología y la Sociedad Estadounidense del Dolor de Cabeza concluyeron que la terapia con magnesio es «probablemente efectiva» para la prevención de la migraña Debido a que la dosis típica de magnesio utilizada para la prevención de la migraña excede la UL, este tratamiento debe usarse solo bajo la dirección y supervisión de un proveedor de atención médica.

 

A  modo de conclusión:

El magnesio se encuentra ampliamente distribuido en alimentos vegetales y animales. Los frutos secos (destacan almendras tostadas y castañas de cajú), las semillas (especialmente las de calabaza y chía),  los cereales integrales como el arroz y la avena instantánea, las verduras de hoja verde, como las espinacas, la papa y las legumbres, son buenas fuentes de magnesio.

En general, los alimentos que contienen fibra dietética aportan magnesio. Algunos tipos de procesamiento de alimentos, como el refinado de granos eliminan el germen y el salvado ricos en nutrientes, reducen sustancialmente el contenido de magnesio. Es por esta razón que muchas veces se encuentran cereales para desayuno fortificados para compensar la pérdida de este nutriente.

 

Cuando la alimentación es carente, entre los licenciados en nutrición comienza a aparecer la idea de suplementación. Debido a que la literatura científica no la recomienda explícitamente (y especialmente no indica cantidades adecuada) es importante  analizar dosis y tiempo para no caer en el riesgo de sobredosificar especialmente en: embarazos, migrañas y adultos mayores con polifarmacia. Siempre es necesario evaluar la clínica, la alimentación para identificar deficiencias y recién entonces considerar la suplementación. Nuevamente la indicación de una alimentación variada, con sólo el 20% de alimentos ultraprocesados y procesados, sigue siendo la mejor indicación para no caer en déficit ni en excesos.

 

 

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Lic Perla Manera           Lic Alejandra Volpatti

 

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