Hay alimentos que, cuando son consumidos por fumadores, promueven el deseo de fumar.
Fumar es uno de los hábitos más comunes que llevan al incremento de enfermedades crónicas no trasmisibles, e incluso a la muerte. La sustancia presente en el cigarrillo en mayor proporción es la nicotina, que tiene una interacción con la alimentación que afecta negativamente el proceso de la nutrición.
Un estudio realizado en adolescentes fumadores en la Universidad de California (USA) muestra una disminución en la respuesta a imágenes placenteras de alimentos en comparación con los no fumadores, debido a la reiterada liberación de los niveles de dopamina en el cerebro.
Se comprobó que el cigarrillo:
- reduce la percepción de sabores y olores;
- provoca carencias nutritivas (disminución del consumo de energía y fibra, principalmente)
- incrementa las necesidades de nutrientes (especialmente los micronutrientes)
- altera los efectos nutricionales de diferentes alimentos
Hay evidencias científicas que avalan la hipótesis de que la alimentación de los fumadores suele ser más inadecuada que la de los no fumadores. Además en las personas que fuman se registran aumento de ingesta de café y alcohol. A mayor consumo de tabaco, mayor cantidad de alcohol ingerido. (Galan et al y col 2005) La sinergia entre el fumar y beber alcohol altera también la absorción, síntesis y metabolismo de los ácidos grasos séricos.
En relación con las vitaminas E y C, se vio una asociación inversa entre el consumo de tabaco y los niveles sanguíneos de las mismas. Según la Food and Nutrition Board debe incrementarse a 100mg/día la ingesta de vitamina C y en Francia el consumo se estableció en 120mg /día.
Otras vitaminas también se ven disminuidas en sus concentraciones en los fumadores, como son los betacarotenos, vitaminas del complejo B (B1, B2, B12 y ácido fólico).
En personas fumadoras el ácido fólico sólo se logra normalizar si se triplica la ingesta de las cantidades recomendadas.
Alimentos que estimulan versus retardan el deseo de fumar
Los alimentos que estimularían el deseo de fumar son: alcohol, azúcar y sus derivados como los productos de pastelería, chocolates, caramelos, bebidas con cafeína (café, té mate, colas, gaseosas endulzadas con azúcar, licores dulces), mostaza, pimienta y ají.
El consumo de verduras, al igual que las frutas, las legumbres, el yogur y la leche, contribuyen a una alimentación saludable y también ayudan a que antes de fumar se genere un mal sabor al tabaco, postergando así encender el próximo cigarrillo.
Bibliografía:
Munguía Rodríguez; L.M. Martínez Moreno; A.G. Effect of nicotine administration on feeding behavior. Revista Mexicana de Análisis de la Conducta. 36, 2. 2010.
Rebeca Flores, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello. Santiago. Chile .Junio 2011.
Comité científico de AESA. Informe del comité científico de la AESA sobre el impacto del consumo de tabaco en la alimentación y nutrición. Revista N°4. 30-53. 2006. España.
Rubistein; M. Lucks; T. Dryden;W .Rait; M.Simpson;G. Adolescent smokers show a decrease in brain responses to pleasant images food compared with nonsmokers. San Francisco University. Oxford University Press. 2011. En nombre de la Sociedad para la investigación sobre la nicotina y el tabaco.